El Sipalki, como arte marcial, viene de más de 4300 años de antigüedad. Además de su historia, es tradición de Familia en Familia, sin olvidar que viene de generación en generación, con una muy basta cultura como formación del hombre en la sociedad y las culturas.
Las grandes guías maestras de estas artes marciales como el Sipalki, tienen la necesidad de disciplinas integradas, física, emocional, moral, ética y las mentales, que eran fundamentales para alcanzar logros en el dominio de las mismas, como se compone el Sipalki. Así el practicante aprende como dominar, desarrollarse y crecer íntegramente, en la práctica de principios, bases y actitudes que van unidos en todo, siguiendo el camino del Caballero de Bien, que no deja de ser una gran cultura en la educación y formación de la personalidad del practicante, cuyos logros son mejor autoestima y autodominio en general, mejoramiento psicofísico, mayor energía y voluntad, reafirmar la seguridad personal dando un carácter equilibrado, armónico y calmo, una persona que en el camino del guerrero técnico, lleva a un constante auto – conocimiento, en el que se pierde la violencia interna que no es más que lo opuesto a las prácticas de este maravilloso arte marcial, y sobre todo, llevado de la mano del Gran Maestro Soo Nam Yoo.
La violencia no está en la práctica del Sipalki, sino en el interior del practicante, es así que principios, bases, etc., nos ponen en conocimiento de uno mismo; la violencia queda afuera de toda práctica, el control, la voluntad, la superación mental intencional llega a cada integrante a través de la técnica que lo requiere y el aprendizaje se hace de una manera segura y productiva, mejorando constantemente.
Los diferentes niveles de conocimientos, hábitos psicomotrices, y el Sipalki como arte marcial, es un sistema de pensamiento, un arte de elaboración de conciencia, porque los principios y bases, virtudes que encaminan al practicante, son las que espanden, elevan y clarifican o iluminan la misma vida, mejorando a cada momento la práctica y con ello la personalidad, el carácter, la persona y sus principios. Bases y fundamentos guían a la maestría del hombre, arte y sociedad, y que tanto necesita nuestra civilización, un camino de serenidad interior, seguridad personal, de esta forma una persona se hace Caballero, un Caballero de bien, que parte de lo más profundo de si mismo, que nos guía, enseña al practicar este arte, ya que arte significa Ser Yo Mismo, Expresándome como soy y de ahí la diferencia de quien tiene poco tiempo practicando con quien lleva años. El arte se hace uno con la técnica, teoría, filosofía y conducta, que nos lleva a lo mejor de nosotros mismos, más si es como nos lo enseña el Gran Maestro Soo Nam Yoo, poniendo todo el corazón, hacerlo con amor, significa practicar con disfrute, como se disfruta una comida sabrosa, así sea la práctica para nuestra alma, mente, cuerpo y para nuestra vida. De esta forma el Gimnasio (DOYANG) se convierte en un lugar muy sagrado de práctica, donde nuestro espíritu puede gobernar en base de actitudes, a nuestra mente, cerebro, cuerpo y chi, y lograr progresos muy grandes en el nivel humano, técnico y social.
Gracias GRAN MAESTRO YOO, por sus enseñanzas.
Félix Re
Las grandes guías maestras de estas artes marciales como el Sipalki, tienen la necesidad de disciplinas integradas, física, emocional, moral, ética y las mentales, que eran fundamentales para alcanzar logros en el dominio de las mismas, como se compone el Sipalki. Así el practicante aprende como dominar, desarrollarse y crecer íntegramente, en la práctica de principios, bases y actitudes que van unidos en todo, siguiendo el camino del Caballero de Bien, que no deja de ser una gran cultura en la educación y formación de la personalidad del practicante, cuyos logros son mejor autoestima y autodominio en general, mejoramiento psicofísico, mayor energía y voluntad, reafirmar la seguridad personal dando un carácter equilibrado, armónico y calmo, una persona que en el camino del guerrero técnico, lleva a un constante auto – conocimiento, en el que se pierde la violencia interna que no es más que lo opuesto a las prácticas de este maravilloso arte marcial, y sobre todo, llevado de la mano del Gran Maestro Soo Nam Yoo.
La violencia no está en la práctica del Sipalki, sino en el interior del practicante, es así que principios, bases, etc., nos ponen en conocimiento de uno mismo; la violencia queda afuera de toda práctica, el control, la voluntad, la superación mental intencional llega a cada integrante a través de la técnica que lo requiere y el aprendizaje se hace de una manera segura y productiva, mejorando constantemente.
Los diferentes niveles de conocimientos, hábitos psicomotrices, y el Sipalki como arte marcial, es un sistema de pensamiento, un arte de elaboración de conciencia, porque los principios y bases, virtudes que encaminan al practicante, son las que espanden, elevan y clarifican o iluminan la misma vida, mejorando a cada momento la práctica y con ello la personalidad, el carácter, la persona y sus principios. Bases y fundamentos guían a la maestría del hombre, arte y sociedad, y que tanto necesita nuestra civilización, un camino de serenidad interior, seguridad personal, de esta forma una persona se hace Caballero, un Caballero de bien, que parte de lo más profundo de si mismo, que nos guía, enseña al practicar este arte, ya que arte significa Ser Yo Mismo, Expresándome como soy y de ahí la diferencia de quien tiene poco tiempo practicando con quien lleva años. El arte se hace uno con la técnica, teoría, filosofía y conducta, que nos lleva a lo mejor de nosotros mismos, más si es como nos lo enseña el Gran Maestro Soo Nam Yoo, poniendo todo el corazón, hacerlo con amor, significa practicar con disfrute, como se disfruta una comida sabrosa, así sea la práctica para nuestra alma, mente, cuerpo y para nuestra vida. De esta forma el Gimnasio (DOYANG) se convierte en un lugar muy sagrado de práctica, donde nuestro espíritu puede gobernar en base de actitudes, a nuestra mente, cerebro, cuerpo y chi, y lograr progresos muy grandes en el nivel humano, técnico y social.
Gracias GRAN MAESTRO YOO, por sus enseñanzas.
Félix Re
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